sábado, 6 de agosto de 2011

El botin pirata.

Reforma a la Ley 30: El botín de los piratas


Germán Umaña Mendoza analiza en el diario Portafolio, cómo la propuesta de reforma a la Ley 30 no responde a los más altos índices de desigualdad de Latinoamérica y uno de los más elevados del mundo, y señala que los grandes impulsores de la propuesta del MEN serán las "universidades de garaje y unas pocas privadas de élite".

Los ingresos están concentrados y centralizados en manos de unos pocos, y actualmente se pretende hacer lo mismo con la educación, que es un derecho fundamental consistente en tener acceso a esta, a la vez que se desarrolla calidad, y no sólo en aumentar la cobertura, como se ha pretendido en los últimos ocho años.

La dicotomía es clara: universidades privadas de alta calidad se la juegan por la investigación y contratan doctores en diferentes disciplinas, con salarios adecuados y con el fin de ser reconocidos por sus investigaciones en el contexto internacional, lo que se manifiesta en el número de publicaciones en revistas indexadas (Universidad de los Andes). Son costosas y educan a las élites.

Las más grandes universidades públicas (Nacional y de Antioquía) han logrado combinar altos niveles de investigación e investigadores aumentando cobertura, esquema cada vez menos sostenible ante el aumento insuficiente de los recursos del Estado.

Otras, privadas o públicas con menores recursos, especialmente las privadas, han desarrollado formidables y eficientes esfuerzos por mantener y desarrollar una educación de calidad en la enseñanza (ciencias, ingenierías, ciencias humanas, artes), carreras no siempre rentables, pero que contribuyen a formar capacidad humana para el desarrollo nacional con niveles aceptables de investigación. Son muchas y sería injusto mencionar unas pocas.

Las demás, las que basan su educación en profesiones liberales que no necesitan grandes inversiones, profesores de planta, investigadores, ni laboratorios, tienen muchos alumnos en un salón y gradúan profesionales mediocres que ingresan a un mercado que los estigmatiza.

Son lucrativas, aunque se presenten como sin ánimo de lucro y proliferan con autorización del Ministerio de Educación. Esas son las que deberían ser controladas o cerradas.

Institucionalizar la educación como una simple mercancía atraerá inversionistas hacia algunas universidades de élite, pero hará que proliferen las piratas que se pelearán el 'botín' de otro derecho básico entregado a la 'nobleza' de la privatización, como ocurrió con la salud.

¿Qué pasa, presidente Santos? ¿No dizque quiere combatir y lo avergüenzan los índices de desigualdad?

Seguramente recibirá el apoyo de las universidades de garaje y unas pocas privadas de élite. Por favor, métale mano a la educación para ampliar la cobertura con calidad, no para aumentar las diferencias y engañar a la población con más cartones que un tugurio.

¿También es compromiso del TLC convertir la educación en mercado de pulgas?

Le sorprenderá el rechazo a su propuesta de los jóvenes, los maestros, los académicos y los intelectuales. Reflexione y haga reflexionar a su Ministra. Ojalá, tengo mis dudas, en el Congreso se acuerden de legislar en democracia y rechacen de plano esta insana proposición.


Secretaria de comunicaciones.

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